martes, junio 12, 2007

Y entonces solo puedo pensar en el próximo semaforo en rojo...


Recuerdo los días en los que soñaba y escribía como iba conduciendo de noche, observando todas las luces de la ciudad, los coches pasando, sin pensar en nada, simplemente escuchando la música que salía de los altavoces y mirando a mi alrededor.
Recuerdo como cruzaba la ciudad y dentro del coche se creaban mil situaciones en las que conocía a una chica.
Últimamente esas ideas de conducir por la noche, absorto en mis pensamientos, en la música, se me están volviendo a pasar por la cabeza.
Todo a oscuras excepto el blanco del panel central del coche y el azul de la radio, y de vez en cuando los faros de otro coche alumbrando el interior del mio.
Pero hay algo diferente.
Ahora ya no miro fuera, ya no observo todas las luces del exterior del coche ni las personas que me cruzo por la ciudad. Ahora cada oportunidad que tengo giro la cabeza para observarte sentada a mi lado, en el asiento del copiloto, unas veces estás "entimismada" mirando fuera pero sin fijar la mirada en nada en concreto y otras veces estás con los ojos cerrados, dormida, como los sabados que salíamos por Alicante cuando aun no estabamos juntos pero existía la suficiente confianza como para dormirte dentro del coche, por mucho que tú no quisieras, otras veces te dabas cuenta de que te estaba mirando y te girabas para mirarme.
En cada semáforo que paróome giro y observo como respiras profundamente, con los ojos cerrados y una paz abrumadora en la cara, es en ese instante cuando me olvido de todo y todo desaparece excepto el interior del coche hasta que el semaforo se vuelve a poner verde y entonces solo puedo pensar en el próximo semaforo en rojo...

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